Jack Hanson, 8 de octubre, Clase 4, cuarto grado

El viernes pasado, tuve la cuarta lección con los estudiantes de la clase de Señora Bice. La lección fue muy interactiva, completamos todos los objetivos, y todos los estudiantes participaron en las actividades. Incorporamos una actividad de dibujo y fue evidente que los estudiantes les gustaron la oportunidad de expresar la creatividad a través del dibujo. Sin embargo, a veces, la lección fue un poco caótico. Durante toda la lección, los estudiantes tuvieron mucha energía y quisieron hacer muchas preguntas. Usualmente, yo contesto las preguntas de los estudiantes en los últimos tres minutos de la clase. El viernes, hubo tantas preguntas que yo decidí contestar las preguntas cuando los estudiantes levantaron las manos. Unas preguntas pertenecieron al material. Por ejemplo, hablando de la ciudad, específicamente los edificios, un estudiante me preguntó, “How do you say skyscraper?” y me dije, “En español, un edificio muy alto se llama el rascacielos.” Sin embargo, otras preguntas no fueron relevantes y distrajeron a los otros estudiantes. Contestando todas las preguntas, yo rompí el ritmo de la clase. En el futuro, no sé que quiero hacer. Por un lado, para preservar el ritmo de la lección, quiero dejar los tres minutos al final de la clase para contestar todas las preguntas de los estudiantes. Por otro lado, temo que los estudiantes no van a prestar atención a la lección si no voy a contestar preguntas durante la clase. Además, en la lección, la organización de actividades fue un poco chocante para los estudiantes. Introducimos el vocabulario nuevo de la ciudad e inmediatamente, empezamos con la actividad del dibujo. En el futuro, deberíamos incluir una actividad más fácil entre la introducción del vocabulario y una actividad que requiere que los estudiantes hacen todo el trabajo de manera independiente.

Aunque tratamos de incorporar aspectos de la cultura demostrando fotos de una plaza en Perú o un supermercado en México, para las próximas clases, quiero incorporar algo más dinámico para hablar de la cultura. Por ejemplo, Languages and Learners habla del uso de “viaje virtual” para enseñar la cultura. Quizás podamos hacer un “viaje virtual” a Puerto Rico. En este “viaje virtual” podamos prepara para el vuelo a Puerto Rico con una actividad en que empaquemos las maletas con ropa y otros materiales. Luego, cuando lleguemos a Puerto Rico, podamos demostrar un video de alguien caminando en la ciudad de San Juan y hacer unas preguntas a los estudiantes sobre las cosas que vean en el video.

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