“Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que vivió”

“Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que vivió”, escrito por Francisco de Quevedo, se trata de la impermanencia de la vida y de cómo el tiempo pasa muy rápido. El narrador experimenta una crisis existencial debido al sentimiento de que solo tiene un tiempo relativamente corto para vivir. El narrador comenta que “La Fortuna mis tiempos ha mordido” (Quevedo, verso 3). En otras palabras, siente que perdió el tiempo, y no aprovechó al máximo de su vida. Al principio, él personifica la vida, se dirige directamente, “‘¡Ah de la vida!’” (v. 1), pero no recibe una respuesta. La falta de una respuesta demuestra la inhabilidad de influir en el tiempo, o lo que más importante, la inhabilidad de hacerlo más lento. La vida continúa avanzar, ignorando los deseos de los individuos. También personifica “la fortuna”, “la salud” y “la edad” porque hay todas las cosas que le hacen sentir que no tiene el control. Estos objetos están temporal y breve. Luego, él paradójicamente afirma que “pañales y mortaja, y quedado” (v. 13), lo que ilustra su creencia de que los humanos están vivos y muertos al mismo tiempo porque mientras viven, son conscientes que morirán eventualmente. Crea el mensaje de que la vida es una muerte viviente. Referencia ayer, hoy y mañana como substitutos del pasado, el presente y el futuro en una escala pequeña del paisaje del tiempo y es representativa de las etapas del ciclo de vida. Alude al paso del tiempo otra vez por el uso de los tiempos verbales diferentes, “Soy un fue, y un será, y un es cansado” (v. 11). El uso del encabalgamiento acelere el paso en que el lector lee el verso, que es una comparación que de la rapidez con que la vida pasa. El verso final tiene un tono de derrota y resignación porque no puede controlar su destino. Siempre termina en la muerte.

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