Blanca Nieves y Compañía explora la vida de una niña con una familia que utiliza fachadas. Aprendemos a través de la narrativa de Blanca Nieves que su niñez ha sido menos que ideal, a pesar de tener tanto, en actualidad, carecía de lo que un niña necesitaba. El nombre de Blanca Nieves es irónico. Ella tiene “el cutis muy trigueño, los ojos oscuros, el pelo muy negro, las piernas quemadísimas de sol, los brazos más quemados aún” (54). En el primer párrafo, su vergüenza por algo tan simple como su nombre es obvia. En lo que respecta a las dificultades físicas, tenía muy poco. Con más narración, Nosotros, como lectores, notamos una relación impersonal con ella y sus padres, especialmente con su padre, que aprendimos que solo queríamos un hijo al que pudiera darle el mismo nombre.
En lugar de padres funcionales, tiene muchas criadas y, afortunadamente, Evelyn, que parece ser dura pero que aún cumple un parte necesario como un padre. Esta historia me llamó la atención. Crecí solo con mi madre. Mi padre tuvo otros hijos con otras mujeres y pasó mucho tiempo criándolos en lugar de a mí. Mientras mi madre me dio el mundo, siempre sentí que había un agujero en mi vida. Yo tenía muchos “Evelyn’s” y otros figuras paternas. El agujero que Teresa de La Parra crea en esta historia es increíblemente preciso e importante para discutir. A través de este trabajo, ella puede enfatizar la importancia de una crianza significativa y los efectos negativos en las relaciones impersonales con sus hijos, y lo que es más importante, cómo estos efectos son duraderos independientemente de la clase social y financiera.