El uso del color dentro de La Casa de Bernarda Alba

La primera línea dentro del primer acto de toda de la obra es un escenario que ilustra una habitación dentro de la casa de Bernarda: una “habitación blanquísima” (116). Esta referencia implícita a una habitación blanca implica que la casa está impregnada de pureza, limpieza, adhesión estricta a las reglas de Bernarda, y nada que tenga connotaciones de suciedad. La ironía de este color es que la mayor parte del tiempo el color blanco está conectado con sentimientos de la libertad y el matrimonio. Sin embargo, este es el caso opuesto. En lugar de las paredes blancas que proporcionan a las hijas de Bernarda un sentido de libertad y el derecho a tomar sus propias decisiones, las paredes blancas atrapan a las hijas de Bernarda en el interior de la casa sin contacto con el mundo exterior, limitándolas del potencial de casarse y alejarse de la casa. En general, el color blanco sirve como símbolo dentro de esta obra como un color que controla, manipula y confina.

Por el otro lado, en la primera oportunidad que las hijas reciben para aventurarse en el mundo real y explorar las oportunidades de encontrar un marido, se introduce un nuevo color. Las hermanas pretenden vestir a Adela con un vestido verde. Ella grita: “Yo no puedo estar encerrada… mañana me pondré mi vestido verde y me echaré a pasear por la calle” (142). Esta es evidencia clara de que el vestido verde, un claro contraste con el blanco, le dará a Adela poder, confianza y la capacidad de reinventarse y ganar libertad y un marido.

One thought on “El uso del color dentro de La Casa de Bernarda Alba”

  1. Estoy de acuerdo con sus comentarios sobre el papel del color blanco en la obra La casa de Bernarda Alba por Federico García Lorca. Para analizar esto, quiero ver a las instrucciones de las escenas en las primeras partes de cada acto. Lorca introduce la obra en una “habitación blanquísima del interior de la casa de Bernarda” (116). El color blanco, o en este caso, blanquísimo, típicamente representa la pureza y la falta de problemas, pero para Adela, su pureza es forzada como la opresión de Bernarda. Entonces, ella está encerrada por las paredes blancas como una cárcel.

    El segundo acto empieza en una “habitación blanca” y el tercer acto en el patio interior con “cuatro paredes blancas ligeramente azuladas” (147 y 181). Vicente Cabrera dice que la reducción de la dominancia del color blanco en las habitaciones “corresponds to the steady and perceptible weakness of Bernarda’s control over Adela, whose instinctive desire for freedom and self-realization grows stronger” (466). En otras palabras, cuando la presencia del color blanco en las instrucciones disminuya durante la obra, Adela tiene más libertad y Bernarda tiene menos control sobre su hija más joven.

    De este lado, es difícil entender el papel del color blanco en la obra sin buscando a todas las instrucciones. Lorca diseña su obra en esta manera como parte de su drama poética y el simbolismo de algunos aspectos repetidos. La idea del color desarrolla durante las descripciones de cada acto y corresponde al desarrollo de la libertad y los derechos de Adela.

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