Luke Mitchell, Clase #8, Kindergarten, 10/27/21

Para mi clase de español más reciente, mi pareja y yo enseñamos una lección de ropa. Como normal, envié por correo electrónico al maestro y a mi voluntario el plan de lecciones y la presentación de diapositivas para la clase. Además, para esta lección específica, nuestro grupo planeó un ejercicio de bolsa mágica. En la lección, la bolsa mágica estaba llena de diferentes tipos de ropa y sacamos la ropa de la bolsa como parte de la demostración. Todo estaba bien, hasta que llegué a la escuela con mi pareja y me di cuenta de que olvidé la bolsa. Era demasiado tarde para volver a Davidson y encontrar la bolsa, y con la actividad como una parte significativa de mi plan de lecciones, necesitaba adaptar. Hablé sobre ideas con mi pareja, y decidimos que jugaríamos un juego diferente. Con poco tiempo para prepararnos, decidimos que jugaríamos un juego similar a “sí o no.” La idea de este juego era que los estudiantes se levantaran si lo que estábamos diciendo se aplicara a ellos y se sentaran si no lo hacía. Por ejemplo, diríamos algo como “¿llevas una camisa roja?” o “¿llevas pantalones cortos?” Aunque no planeamos este juego, fue un gran éxito. Fue simple y combinó nuestra lección con lecciones pasadas. Lo más importante es que fue divertido. Esta experiencia con la bolsa mágica olvidada muestra que a veces las cosas saldrán mal; sin embargo, tenemos que adaptarnos y hacer nuestro mejor esfuerzo. Estoy orgulloso de mí mismo y de mi pareja por hacer que nuestra clase funcione y por nuestra perseverancia.

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