Joseph Tozzi, 3 noviembre 2021, clase 08, tercer grado

Esta clase comenzó con una revisión de las emociones aprendidas de la última clase. Pasé más tiempo en esto del que originalmente se había asignado en el plan de clase porque sentí que los niños no captan completamente las palabras. No sólo pasamos por las emociones básicas, sino que también pasamos por la diferencia entre poco y muy. Después de la revisión de las emociones básicas, sentí como si los estudiantes las comprendieran mejor. Después del repaso, nos movíamos a las direcciones de aprendizaje y a algunas preposiciones. Comencé mostrándoles una brújula con las instrucciones en español y pregunté qué estaba en pantalla. Cuando dijeron que era una brújula, entonces les pregunté qué era diferente acerca de esta brújula. Pudieron ver que la brújula tenía las direcciones en español. Esto lleva a enseñar las direcciones, que eran bastante fáciles de recordar. Las preposiciones eran un poco más difíciles de entender para ellos. Utilicé un perro y una mesa al principio para explicar cuáles eran las preposiciones. Esto era mejor que usar dos objetos similares porque se enfocaron fácilmente en donde estaba el perro. Tuvimos que repasar las preposiciones varias veces para que las aprendieran completamente, pero pudieron completar la actividad de rellenar la en blanco después de algunas veces de ver las preposiciones. Luego, jugamos un juego en el que los estudiantes tuvieron que ayudar a un pirata a encontrar un tesoro enterrado. Les pedí a los estudiantes que se ofrezcan como voluntarios para ayudar a que el pirata se encuentre en el lugar correcto, de modo que uno o dos estudiantes no dominaran la actividad. Esto funcionó muy bien, ya que muchos estudiantes que normalmente no participaron pudieron responder a las preguntas. Esto fue un éxito para mí porque he estado tratando de aumentar la participación y los niños parecían emocionados de usar el español para ayudar a que el pirata llegue al tesoro.