Una representación de la naturaleza sospechosa y peligrosa de Quimet

La plaza del diamante por Mercè Rodoreda provee muchísima evidencia desde el comienzo de la novela que la relación entre Natalia y Quimet no es normal, saludable, o equilibrado, y esta discordancia se vuelve más obvia a través de la primera parte del cuento (y habiendo visto la progresión de la novela hasta ahora, su conexión problemática va a parecer aún más afligida en las páginas siguientes).  Pero hay una escena particular incluida en el quinto capítulo que, yo creo, ilustra las características abusivas de Quimet y su futuro nefasto con Natalia.

En las páginas 34–36, se puede observar una interacción extendida pero aparentemente rutinario no solo entre Natalia y Quimet pero con la madre de Quimet presente, también.  La madre les ha preparado una cena—una acción bien generosa considerando la pobreza de los dos amantes—pero en lugar de expresarle su agradecimiento por la comida a la cocinera, Quimet inmediatamente critica el esfuerzo culinario y declara que la comida no contenga suficiente sal.  A pesar de la persuasión de Natalia y la madre de Quimet a comer la cena como ya es, Quimet nunca la come y dice que solo vaya a comer el postre.

Es curioso para mí que Rodoreda haya decidido a dedicar tanto tiempo y texto a esta situación incómoda, pero pienso que sugiera dos aspectos fundamentales de la novela: primero, que la autora quiera representar el comportamiento tóxico de Quimet (y las personalidades de todos los personajes, también) a través de un serie de demostraciones sutiles, diarias, y no bombásticas; y segundo, que sea importante a la comprensión de la narrativa que el lector sepa desde muy temprano que Quimet es una persona sospechosa.  ¿Y cómo muestra Rodoreda lo segundo?  A través del rechazo de la comida (y así el amor) de la madre suya—un rechazo grave que solo puede hacer un “demonio.”

Rodoreda, Mercè. La Plaza Del Diamante. Barcelona: Edhasa, 1984. Print.

One thought on “Una representación de la naturaleza sospechosa y peligrosa de Quimet”

  1. Estoy escribiendo en respuesta al post de Ian y sobre su tema de la naturaleza sospechosa y peligrosa de Quimet. Ian aludió al hecho de que Quimet es un humano irracional y loco. Además, como hemos leído más del libro, es claro que los ideas presentadas de Ian se han desarrollado aún más y más profundamente.

    Estoy de acuerdo con Ian cuando afirmó que la autora quiera representar el comportamiento tóxico de Quimet a través de una serie de demostraciones sutiles, diarias, y no bombásticas, porque incorporó este concepto otra vez. En la página 46, Rodoreda presenta, por primera vez, una escena de grave pérdida de control, por Quimet, que lo llevó a abusar físicamente a Natalia. Sin embargo, en el siguiente párrafo, Natalia, la narradora, entró en detalles sobre comer trozos de chocolate con su café.

    Estos dos conceptos, ser golpeado físicamente por su esposo y disfrutar de una taza de café, son dos diferentes acontecimientos; sin embargo, la falta de reconocimiento del abuso revela que Natalia tiene una completa y absoluta falta de control sobre su vida. Además, en continuidad con el punto de Ian, esto representa un acontecimiento muy normal y de hoy en día al que Natalia debe haberse ajustado y acostumbrado al abuso de Quimet.

    Y también, estoy de acuerdo con el segundo punto de Ian: el hecho de que Quimet es una persona sospechosa. Esta idea es también presenciada en la página 46 cuando Quimet abusó a Natalia. No está claro no sólo a Natalia sino también a los lectores por qué Natalia está siendo golpeada. Esto, una vez más, demuestra que hay algo más sobre el personaje de Quimet que el lector todavía no conoce; es una persona misteriosa que debe poseer alguna dificultad mental que le haga actuar de manera ilógica y amenazante.

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