Las emociones tangibles

Por lo largo de la novela “Algún amor que no mate,” el lector está presentada con los series de eventos desde la perspectiva de unas voces narrativas diferentes. Se da cuenta después de los primeros capítulos de que las voces son la misma persona, la protagonista Prudencia y hablamos en clase del efecto de esta fractura de identidad en el relato. Discutimos que es un signe de la locura y por eso nos hace dudar su percepción de los eventos reales. No obstante, aunque creamos está imagen de Prudencia como una mujer destrozada y deprimida, nunca abordamos el hecho peculiar de que nunca aparece en la novela una descripción física de cualquier personaje. Cuando un entrevistador cuestionó a los motivos del autor en crear una obra que “falta la corporeidad,” Chacón respondió que no importa las formas físicas de los personajes; el enfoque de la novela es las emociones que ellos experimentan.

Es un concepto interesante si consideramos que algunos aspectos del abuso en la historia son físicas. ¿Cambiaría nuestra percepción del cuento de una manera drástica si tenemos algo tangible para visualizar? Si estamos presentados al marido como un bruto gigante versus un hombre refinado y sofisticado, ¿cambia el hecho de que él abuso a su esposa? Es difícil decir cómo afectaría la opinión de lector, sin embargo asegura que nosotros juzgamos a los personajes basado en sus acciones y pensamientos por el parte de Prudencia. En esta manera, Chacón crea una obra en que el lector tiene que sentir lo que experimenta la protagonista para entender; una obra que nos choque con los hechos feos del abuso. Son las emociones que son tangibles, no las formas físicas ausentes.

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