La suegra y la cuñada en La plaza del Diamante

La relación entre la suegra de Natalia, la madre de Quimet, y Natalia sí misma me interesa. En muchas instancias, la dinámica entre ellas en los primeros once capítulos de La plaza del Diamante me hace pensar en la de Algún amor que no mate. Por su puesto, la suegra de Natalia es menos maliciosa y el “certamen” entre suegra y cuñada no es tan drástico en esta novela. Sin embargo, es importante notar que todavía existe la suegra como la protectora de su hijo y el miembro de la familia que refuerza las reglas de género en el matrimonio.

En muchas de las escenas que vemos a las dos, la suegra y Natalia están en un lugar doméstico como la cocina (61). Además, cuando Quimet le presenta Natalia a su madre, una de las primeras preguntas es “¿y el trabajo de la casa, también te gusta?” (23). Esta línea sigue un momento en que la suegra burla del trabajo de Natalia en la pastelería (23). Parece que Quimet quiere seguir un ciclo de la maternidad de su madre en la relación con Natalia: quiere que cumpla las tareas domesticas, aún llevando los delantales como “los que llevaba su madre” (22). Pero, Quimet tiene mucho más respeto a su madre que a Natalia. Por ejemplo, la madre pide que Quimet se calle durante la cena—Natalia nunca podría decir eso a Quimet sin le enfadarse a él (35).

Puede decir que la suegra tenga atributos de una antagonista sin embargo. La señora Enriqueta advierta a Natalia generalmente que las suegras engañan para “hacer creer que era muy inocente” y “sólo viven para molestar” (52). En una escena memorable, la suegra de Natalia lleva “un vestido de seda negro” para la boda (40). La suegra no es la villana del cuento, pero nunca apoya a Natalia directamente. Solo tiene su hijo en sus ojos, aunque se da cuenta que su niño en la realidad actúa en maneras abusivas e inapropiadas.

2 thoughts on “La suegra y la cuñada en La plaza del Diamante”

  1. La relación entre Natalia y su suegra es un aspecto de la vida de Natalia muy importante. Las relaciones entre la protagonista, Natalia, y los otros personajes en la novela revela un cierto entendimiento a la mente de Natalia. Es interesante comparar las protagonistas de Algún amor que no mate y La plaza del diamante porque sus relaciones con otras personas, y la manera en que estas relaciones están representados en las novelas nos ayuda entender el estado mental de las protagonistas. En Algún amor que no mate, Prudencia internaliza su mundo entero y es muy vago sobre las detalles de su vida. Natalia, por otro lado, es mucha más generosa con las descripciones de los varios aspectos de su vida. Podemos entender las papeles jugados por las personas en su vida, incluyendo Quimet, Cintet, Señora Enriqueta, su suegra, y más. Natalia les da nombres, personalidades, características físicas, y todos de estos detalles combine para crear un imagen de la vida de Natalia más clara. Por ejemplo, Natalia usa las metáforas frecuentemente para describir otras personajes. Un tema clave en esta novela es la relación y conexión con los animales. Natalia usa estas descripciones para articular sus pensamientos y dar palabras a sus ideas. Por ejemplo, cuando la madre de Quimet murió en capítulo 23, Natalia recuerda su suegra como “una persona muy querida, siempre moviéndose como una ardilla y dispuesta a hacer favor” (p. 127-128). En esta descripción, Natalia compara su suegra con una ardilla para explicar ciertos atributos de su personalidad. Hay conflictos entre esta relación también, pero en el fin, Natalia la aprecia su suegra. Por las descripciones y las imágenes, Natalia puede explicar las influencias en su vida y sus emociones para un mejor entendimiento de su carácter.

  2. Me interesa en la relación entre los tres caracteres principales en La plaza del Diamante, Natalia, la suegra, y Quimet. En el contexto de Algún amor que no mate, hay mucha semejanza que existe entre los dos libros en relación a la interacción entre el abusador del marido y su madre. En Algún amor que no mate, la suegra de Prudencia tenía cualidades abusivas que posiblemente ella la dio al marido de Prudencia. Además, la protagonista y la suegra interactúan en maneras similares, en que las dos protagonistas tienen un papel domestico juntos con la suegra, y la suegra no es presente en las interacciones. La falta del suegro crea una dinámica sin un hombre otro que el abusador. Esta dinámica eleva al abusador como el patrón de la familia inmediata, y en este contexto él tiene todo el poder.
    Como en Un amor que no mate, el abusador de la protagonista en La plaza del Diamante recibe alguna forma de abuso psicológico de su madre. En capítulo 23, la suegra de Natalia y madre del Quimet dice que siempre quiere una niña, y no un niño como Quimet. Cuando Quimet era niño, su madre, “para hacerse la ilusión, le vestía de niña y le hacía dormir con camisones de niña” (128). Este ejemplo de comportamiento extraño, posiblemente crea el comportamiento asocial de Quimet, como el abuso que recibe Natalia.

    Rodoreda, Mercè. La Plaza Del Diamante. Barcelona: Edhasa, 1984. Print.

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