En la historia de San Manuel Bueno, Mártir, hay muchas alusiones a unos actos de Jesucristo, conectando los milagros y caracteristicas de él con los de Don Manuel. Es obvio que San Manuel tiene el estado religioso, con su título, pero el autor intensifica esta relación cuando compararle directamente a Jesucristo en unos detalles. Sabemos que un tema importante para Unamuno es el discurso religioso porque él ya tenía muchos conflictos personales sobre la religión en contra a la razón.
Unamuno dice, “Y era tal la acción de su presencia, de sus miradas, y tal vez sobre todo la dulcísima autoridad de sus palabras y sobre todo de su voz– !qué milagro de voz!–, que consiguió curaciones sorprendentes” (Unamuno, 86). En este ejemplo, el autor mencione las curaciones milagrosas de San Manuel, y sabemos desde la Biblia que Jesucristo se hace extraordinario como resultado de su habilidad de curar los enfermos.
Además, nos dice que San Manuel ayuda y da atención a los desgraciados primero, demostrando la idea de un buen samaritano, otra filosofía cristiana. Jesucristo también dio mas atención a los pobres, los enfermos, y los ignorados antes de las mas fortunas.
La conexión entre Don Manuel y el Señor es más que la de un sacerdote. Mejor dicho, discutiría que Don Manuel es representado como una profeta– un Jesucristo nuevo. Esta representación tiene mucha gravitas cuando descubrimos el secreto que tiene. Su conflicto representa lo de Unamuno, en que la fe y la razón no pueden existir simultáneamente. Sugiere que hay una trampa en la pureza de la religión cristiana.