En este capítulo, Márquez emplea la dicción en una manera dual. Por todo el capítulo muchas cosas, especialmente los inventos, se describen como “asombrosas,” “maravillosas,” “mágicos,” y “radiantes.” La palabra “asombro” aparece en el texto cinco veces separadas. La repetición de las palabras de asombro sirve dos propósitos. Al principio, estos adjetivos contradicen la degradación del Macondo y José Arcadio Buendía. Antes, Maconodo “era en verdad una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto,” pero después de la llegada del gitanos, su “espíritu de iniciativa social despareció.” De manera similar, “de emprendedor y limpio, José Arcadio Buendía se convirtió en un hombre de aspecto holgazán.” Pero la degradación de ambos la aldea y José son causadas por “las maravillas del mundo” que se describen tan brillantes. La luz en la descripción de las cosas que están destruyendo la aldea y José crea una contradicción prominente entre el estado de Maconodo y las nuevas introducciones del mundo científico.
Por otro lado, la dicción asombrosa expone la mente de José . A pesar de la degradación que los inventos causan, José todavía ve todo con asombro. Aunque un invento le falló a él en el pasado, José todavía ve a todos los inventos como las cosas mejores del mundo. Los inventos crean una actitud idealizada en José que está reflejado en la dicción del cuento. Además, la estructura del cuento ayuda a iluminar la mente de José porque cada transición importante del cuento termina con una cita que expone su mente en curso.