En su ensayo, El género de Don Quijote, Eisenberg quiere clasificar el género del obra Don Quijote por Miguel de Cervantes. Ella empieza su discusión con una definición de “la historia,” porque Cervantes calcificó su obra como “una historia de Don Quijote de la mancha.” Eisenberg dice que hay dos tipos de historia: verdadera y fingida. Él concluye que Don Quijote es una historia fingida parcialmente porque las acciones del Don Quijote crea una “reacción del lector que eso no podía haber pasado”. En las partes que leí, Don Quijote hace algunas cosas que no son “normales” por estándares de hoy. Él sale de su casa para ser un caballero, vistiendo armadura de cartón y montando su caballo sin dirección. En las palabras de Eisenberg, “…estos son desaforados disparates. Solamente un bárbaro inculto o un loco no podría objeciones a tales cosas”.
Pero, si pensamos sobre las acciones de Don Quijote con una perspectiva más moderna y con nuevos conocimientos sobre enfermedades mentales, quizás las acciones de Don Quijote son menos locos. En nuestra sociedad, las enfermedades mentales son más entendidas y aceptables. Entonces, si vemos a Don Quijote como un hombre con una enfermedad mental, no vemos sus acciones solo como “desaforados disparates.” Sus acciones tiene más sentido, porque para él sus pensamientos son la realidad. En la obra, Don Quijote come “pan tan negra y mugriento como sus armas,” pero para él, es realmente el mejor pan del mundo. Por lo tanto, con una nueva perspectiva especialmente con la enfermedad mental, podemos leer las acciones de Don Quijote en una manera diferente.
Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha. Madrid, 1605.
La literatura: Eisenberg. “Capitulo III: El género de Don Quijote.” Print.