En Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, se puede ver las diferencias entre los sentimientos idealistas de José Arcadio Buendía y su esposa Úrsula, quien es más lógica y práctica. El cuento empieza con José, quien viva en una aldea con nada cerca. A veces, gitanos van a la aldea y venden chucherías al coronel. El coronel es la encarnación de los sueños de la imaginación, porque él cree que se puede cambiar una lupa a un arma. Además, él pier de interés en un proyecto a otro proyecto, y constantemente compra más y más. Mientras él compra mucho de los gitanos para hacer ciencia, no hace nada pero pierda más y más dinero. Cuando él no puede cambiar metales a oro “sufrió una nueva crisis de mal humor” (17).
El próximo día, él tiene una nueva idea de civilización atrás de los montañas, con ciudades mágicas. Pero, de nuevo, él no ve la realidad. Durante este cuento, Úrsula, no puede hacer nada a parar su esposo, porque él, en el fin da mucho dinero a los gitanos. Cuando él compra un lupa con dinero por la familia de Úrsula ella “lloró de consternación” (11). La diferencia entre la realidad de Úrsula y la ingenuidad del coronel crea un cuento muy similar de Don Quijote de La Mancha, donde la protagonista viva en un mundo muy diferente de la percepción de los otros. En el fin, José aprende nada y cree que hielo es “el gran invento de nuestro tiempo” (28).
Marquez, Gabriel García. Cien Años De Soledad. N.p.: n.p., 1967. Print.