En su poema “Meciendo”, Gabriela Mistral compara meciendo un bebé a meciendo que ocurre en la naturaleza. Ella usa ejemplos como el mar, el viento, y Dios. Los dos primeras imágenes son los que tienen un ritmo constante y por eso, emulan la idea de mecer. Para mí, es interesante que ella compara su experiencia como madre a la naturaleza, porque muchas veces pensamos en la tierra como madre. En esta manera, Mistral hace paralelos entre la existencia humana y la naturaleza, y específicamente, entre la madre humana y la madre tierra.
Una mar tormentada. Foto de Wikimedia Commons.
Su usa de repetición a través del poema contribuye al efecto que ella es comparable a la tierra y la naturaleza. También tiene el efecto de que los humanos no son tan diferentes de la naturaleza. Actualmente, los humanos son parte de la naturaleza aunque muchas veces prueben conquistarlo. En realidad, los humanos son victimas a la naturaleza y no son tan poderosas como ella. Mistral nos le da cuenta de este facto en el poema. Ella usa imágenes de la naturaleza que son muy fuertes y poderosos, cómo el mar, el viento, y Dios. Todos estos imágenes pueden destruir la vida humana y poniendo el poema en este contexto demuestra el poder interno de la madre. En conclusión, Mistral exitosamente dibuja paralelos entre la madre humana y la naturaleza, y también muestra el poder de una mujer.