Cuando estaba leyendo la entrevista con Laura Freixas, pensé mucho acerca de mi madre. En la entrevista, Freixas dice: “…las madres como subordinadas a sus hijas e hijos, y como personas que realmente no existen como individuos, sino que son una función.”
Este pensamiento me molesta porque mi madre es una modela para imitar en mi vida. Ella es mucho más de una madre en mis ojos. Es claro que ella me dio a luz, pero su vida vale más del nacimiento mío. Es triste que no hay grandes novelas que tratan sobre la importancia de la maternidad. Muchas novelas tratan sobre heroes, y para mi, mi madre es mi heroína.
En muchas novelas, el héroe es un hombre muy fuerte que supera muchos retas. En mi vida, mi madre es muy fuerte, pero en una manera diferente. Por toda mi vida, mi madre ha sufrido de varias enfermedades que los doctores no pueden curar. Cada día, su cuerpo funciona menos y menos, pero ella tiene un buen espíritu. Ella ha criado tres hijos (yo soy lo más joven en mi familia) y ha dado toda su energía y dedicación para mejorar las vidas de sus hijos. Ella tiene altruismo. En mis ojos, ella no es subordinada, ella es la persona que respeto más en mi vida. Ella pasa mucho tiempo cuidando para sus hijos, pero ella tiene una corazón pulcra por dentro, ideas bellas, y debe tener más influencia en el mundo afuera de sus hijos.